En la cuarta semana de embarazo, el bebé es una bola minúscula formada por células. A continuación te explicamos los síntomas de embarazo que pueden aparecer en esta fase y por qué debes cuidarte especialmente ahora.
La pequeña bola formada por células se llama también "blastocito", se va introduciendo más profundamente en el útero. El saco vitelino, la cavidad amniótica y la placenta se van desarrollando. La placenta se encarga de alimentar al bebé con oxígeno y nutrientes, y de evacuar los restos del metabolismo.
Tu bebé todavía es microscópico: es tan pequeño como una semilla de amapola.
Se produce la hormona del embarazo HCG (gonadotropina coriónica humana). Se encarga, por ejemplo, de mantener la mucosa levantada e impide que se produzca un sangrado menstrual.
Las influencias externas, como infecciones, medicamentos, exceso de estrés, alcohol o tabaco, pueden alterar el embarazo o dañar el embrión. Se puede producir un aborto temprano (un aborto antes de la 13.ª semana de embarazo). La hemorragia puede ser como un sangrado menstrual más intenso; algunas mujeres ni siquiera se dan cuenta de que han estado embarazadas.
Si todo va bien, el milagro de la vida continua de forma impresionante: las células del blastocito ya comienzan a especializarse. No obstante, en una ecografía ahora solo se podría detectar la cavidad amniótica en forma de sombra.
Aunque todavía te sientes "completamente normal", actualmente te encuentras en una fase muy crítica del embarazo. Por tanto, debes cuidarte mucho: protégete contra infecciones con medidas de higiene, evita estrés innecesario, duerme lo suficiente y aliméntate de forma sana.
Debes tener especial cuidado en la cocina y en las comidas para no enfermar por listeriosis y toxoplasmosis. Los alimentos se deben calentar bien y/o lavar profundamente. Renuncia a productos de leche cruda, carne cruda, pescado crudo o embutido crudo.
El mayor nivel de progesterona origina un ligero aumento de la temperatura, las glándulas mamarias se van recogiendo y se va acumulando más líquido en el tejido. Muchas mujeres conocen estos signos como síntoma asociado que se produce poco antes de la menstruación.
En el caso de algunas mujeres, los pechos doloridos y pezones muy sensibles son los primeros síntomas de un embarazo. Mucha fatiga y frecuente urgencia de orinar también pueden indicar una nidación con éxito.
Si estás registrando tu ciclo observando la temperatura, a lo mejor puedes detectar que los valores altos de temperatura perduran más de la habitual. Si sobrepasan los 18 días, por lo general se puede dar por sentado que estás embarazada.
También las pruebas tempranas pueden indicar ya un embarazo. Estas miden la concentración de HCG en la orina. Esta es especialmente alta por la mañana: lo mejor es realizar la prueba directamente después de levantarte. Si la prueba todavía no indica el resultado deseado, no quiere decir que no haya funcionado. La calidad de las pruebas y la producción de hormonas varían individualmente, por lo que solo se puede hacer una cosa: ¡tener paciencia!
Foto: Shutterstock