Cada vez hay menos espacio en el vientre. Tu tesoro seguramente se va encogiendo la mayor parte del tiempo en la clásica "posición de feto": la cabeza inclinada hacia delante, la barbilla en el pecho y las rodillas contra el cuerpo. A continuación te explicamos todo lo demás que se puede ver en una ecografía de la 30.ª semana de embarazo y cómo puedes cubrir especialmente la mayor necesidad de calcio con una alimentación adecuada.
El feto tiene una longitud de aproximadamente 38 cm (céfalo-caudal) y pesa unos 1400 gramos. La longitud de los pies es de unos 6 cm y el diámetro de la cabeza es de aproximadamente 8 cm.
El lanugo del cuerpo desaparece ahora poco a poco. A cambio, empieza a crecer el cabello. Por lo demás, tu tesoro sigue cogiendo peso y los huesos se van reforzando, lo que es una de las causas por las que aumenta la necesidad de calcio (abajo te facilitamos más detalles al respecto).
Tu bebé ahora tiene aproximadamente el tamaño de un manojo de espárragos.
En las próximas semanas, muchas embarazadas realizan una ecografía que permite comprobar los órganos del bebé, así como la función de la placenta.
Las contracciones de Braxton Hicks (contracciones falsas) son ahora muy frecuentes porque la musculatura de tu útero ahora se está entrenando para el parto. Además, a menudo aparecen después de realizar esfuerzo físico, sexo o como consecuencia de una deshidratación. Descansa en la medida de lo posible y bebe un vaso de agua. Si tienes más de 4 contracciones en una hora o si estas son más periódicas y/o largas, por si acaso deberías consultar con tu médico. Si no estás segura, de este modo puedes excluir que se trata de contracciones anticipadas.
Para muchas embarazadas cada vez resulta más difícil dormir, ya que el vientre molesta y la pelvis y/o la espalda duelen. Muchas mujeres padecen también ardor, dificultad para respirar y retenciones de agua durante este tercer trimestre.
Los huesos de tu bebé cada vez son más fuertes, lo que significa que tu necesidad de calcio es mayor. Esta ahora es de unos 1200 mg/día. Para poder cubrir esta necesidad, puedes incorporar varias fuentes de calcio a tu rutina diaria.
Algunos buenos proveedores de calcio son, por ejemplo:
En caso de los productos lácteos también puedes recurrir a las variantes de contenido reducido de materias grasas si no quieres consumir demasiadas calorías o si por lo general quieres evitar los alimentos ricos en grasa.
Por cierto, el aumento de peso medio en torno a la 30.ª semana de embarazo es de 400 a 450 g por semana. No obstante, este valor puede variar mucho según tu peso inicial, si tienes tendencia a padecer retenciones de agua o según el tamaño de tu bebé. Si no estás segura, consulta a tu médico.
Si no te gustan los productos lácteos o no los toleras bien, una alternativa pueden ser, p. ej., tipos de leche vegetal enriquecidos con calcio (leche de almendra, soja o arroz).
Tan importante es un consumo suficiente de calcio como renunciar a los llamados "ladrones de calcio". Estos alimentos inhiben el consumo de calcio o provocan que el cuerpo vuelva a excretar el calcio en mayor medida. El fósforo se considera como un considerable ladrón de calcio y se encuentra sobre todo en alimentos muy frecuentes, como comida rápida, patatas fritas, embutido, platos precocinados o bebidas refrescantes y limonadas. El té negro y el salvado de trigo contienen ácido oxálico que también impide la absorción de calcio. La sal común impulsa la excreción de calcio.
Al final una buena noticia para todas las amantes del café: esta popular bebida reconstituyente (ya) no se considera un ladrón de calcio. No obstante, a pesar de ello, no debes beberlo en exceso durante el embarazo (hasta 3 tazas).