¿Qué son las estrías?
Las estrías se producen cuando el tejido conjuntivo se estira en exceso, por ejemplo, como consecuencia del crecimiento del/de la bebé en el vientre, de los pechos o del aumento de las nalgas y los muslos, y se forman desgarros en el tejido subcutáneo.
Estos "agujeros" en el tejido también pueden verse superficialmente y son visibles inicialmente como vetas rojizas o azul-rojizas, pero suelen desaparecer con el tiempo. Sin embargo, al tratarse de cicatrices, no desaparecen por completo.
Desde el punto de vista médico no son nada problemáticos, pero estéticamente se perciben como molestos, especialmente en los casos graves.
¿A quién le afecta especialmente?
- Mujeres jóvenes (el tejido conjuntivo no es tan fuerte)
- Mujeres que ganan mucho peso rápidamente
- Mujeres con predisposición a la debilidad del tejido conjuntivo
¿Qué ayuda a prevenir las estrías?
1. Evitar un aumento de peso excesivamente rápido:
La mejor manera de controlar el peso es haciendo ejercicio (la natación y el yoga suelen recomendarse a las embarazadas, pero teniendo en cuenta el/la bebé y el embarazo, cualquier deporte que te guste hacer y que no sea objetable desde el punto de vista médico te ayudará) y una dieta saludable (consulta el punto 2).
2. Lleva una dieta equilibrada:
La piel necesita muchas vitaminas, minerales, proteínas y grasas de alta calidad. Se recomienda todo aquello que garantice un buen aporte de vitamina C, B12, E, zinc y aminoácidos. Entre ellos se encuentran, por ejemplo, las nueces, el aceite de linaza, el aceite de germen de trigo, el aceite de colza, el aceite de oliva, las legumbres, muchas verduras (el brócoli y las zanahorias son muy recomendables), la fruta, los cereales integrales como el mijo y el pan integral, las semillas de lino y de girasol. Evita el azúcar en lo posible.
3. Promueve suavemente la circulación sanguínea en la piel:
Una mejor circulación sanguínea aumenta la elasticidad y asegura un buen suministro de nutrientes a los tejidos. Puedes conseguirlo masajeando suavemente la piel de las zonas más afectadas, como el abdomen, el pecho, las nalgas y los muslos con movimientos circulares (similares a los de un peeling) unas 3 veces por semana, por ejemplo, con una esponja vegetal, un guante de masaje o un cepillo suave. Al principio del embarazo, también puedes utilizar un masaje de desplumado: coge pequeñas zonas de piel entre los dedos y tira suavemente de ellas. Así vas "desplumando" toda la zona. Consulta con un médico durante cuánto tiempo puedes utilizar el masaje de desplumado de forma segura.
4. Bebe lo suficiente y con regularidad:
El tejido subcutáneo puede retener el agua. De este modo, un buen suministro de líquido también mantiene su elasticidad.
5. Cuida tu piel:
Los cuidados regulares también favorecen la elasticidad de la piel. Aquí tu crema corporal habitual puede ayudar bien. También se recomiendan los aceites para la piel, como el aceite de almendras. Por cierto, la piel absorbe mejor las sustancias de cuidado directamente después de la ducha en un estado ligeramente húmedo y/o después de un masaje (exfoliante).
6. Evita la desecación y el estrés excesivo de la piel:
La piel se estresa especialmente con los baños completos sin aditivos hidratantes, la natación frecuente sin cuidados posteriores y los baños de sol; lo mejor es evitar estas cosas o cuidar mucho la piel después.
7. Utiliza sujetadores de apoyo (de lactancia o maternidad) y bandas abdominales:
Los sujetadores bien ajustados evitan los movimientos fuertes y los tirones del tejido. Las bandas abdominales resultan cómodas para algunas mujeres embarazadas y también pueden tener un ligero efecto de "sujeción".