Muchas madres que dan el pecho han pasado por esto: pezones doloridos o incluso con sangrado. Sin embargo, existen ayudas para que la lactancia vuelva a ser una experiencia agradable para la madre y el/la niño/a. Además de un buen asesoramiento sobre la lactancia materna, en el que se puede comprobar, por ejemplo, la técnica de colocación correcta, las pezoneras son una ayuda para proteger los pezones. La matrona Monika Thönen (Suiza) sabe más sobre esto.
La lactancia es lo mejor para el bebé, pero también debe ser cómoda para la madre. "El esfuerzo repentino y desacostumbrado de amamantar y succionar, puede suponer una tensión excesiva en los pezones, sobre todo al principio de la relación de lactancia", explica la matrona Monika Thönen. Pueden enrojecerse, doler y a veces incluso formar llagas abiertas y con sangre. Las pezoneras pueden proporcionar alivio para que las heridas puedan sanar/cicatrizar más fácilmente.
La experta MAM recomienda: "Las pezoneras deben ser de un material lo más fino posible que se adapte perfectamente a la forma del pecho y al mismo tiempo resulte familiar para los bebés.". Las pezoneras de MAM tienen una estructura especial nubosa que permite una buena circulación del aire. La forma de mariposa de estas pezoneras también permite el máximo contacto de la piel entre el bebé y la madre. Sin embargo, la matrona subraya que sigue siendo importante utilizar las pezoneras solo el tiempo necesario; al fin y al cabo, el bebé debe seguir acostumbrado al pecho.
Antes de utilizar una pezonera, es mejor pedir consejo a un/a asesor/a de lactancia o a una matrona. Los grupos de madres lactantes también son una muy buena forma de intercambiar con profesionales y otras madres.