Hay muchas razones por las que las mujeres no quieren o no pueden dar el pecho al 100 %. Y sí, hay mujeres que simplemente no pueden amamantar (completamente) o no pueden hacerlo temporalmente. Esto puede deberse a causas anatómicas, razones hormonales o molestias relacionadas con la lactancia. Afortunadamente, hoy en día existe una excelente nutrición previa, por lo que intentar dar el pecho y el biberón al mismo tiempo es muy recomendable. Entonces, ¿cómo conseguir lo mejor de ambos "mundos"?
1. Al principio, solo dar el pecho
Se recomienda no iniciar la alimentación con leche materna y de fórmula en el biberón que la lactancia materna esté lo más establecida posible. El tiempo puede variar de una persona a otra, pero en general son unas 6 a 8 semanas.
2. Regular la producción de leche
Un reto al pasar de la lactancia materna al biberón puede ser controlar o mantener la producción de leche del pecho. En definitiva, la oferta está regulada por la demanda, es decir: menos oferta (o extracción) significa menos leche. Por lo tanto, es importante que también des el pecho con regularidad cuando alimentes con leche materna y de fórmula o que te saques la leche entre medias.
3. Alimentación complementaria durante la comida
Si practicas la alimentación complementaria por miedo a que el bebé no se sacie, se aplica la siguiente regla: siempre hay que dar primero el pecho y solo después el biberón.
4. Periodicidad
Una rutina regular es óptima para el/la niño/a y el pecho. De este modo, se equilibran la producción de leche y la digestión. Aparte de eso, a la mayoría de los/as bebés les encantan los rituales recurrentes y la fiabilidad.
5. Leche de fórmula y leche en polvo
La leche de fórmula es la más parecida a la leche materna en cuanto a su composición y, por lo tanto, es la primera opción para la alimentación mixta. Al igual que la leche "original", el polvo previo solo contiene lactosa como fuente de hidratos de carbono. La "primera" leche en polvo (leche inicial) se puede utilizar como se hacía antes con la leche previa. Sin embargo, además de la lactosa, también contiene almidón o maltodextrina. También se utilizan otras formas de azúcar o hidratos de carbono en la leche de continuación ("segunda" leche), que se recomienda a partir del sexto mes de vida como pronto1. Desde el punto de vista puramente nutricional, no es necesario pasar a la leche de continuación, pero puede ser más saciante (sin embargo, la alimentación complementaria también tiene este efecto una vez introducida). La ventaja de la leche previa: puedes dárselo cuando lo necesites, igual que la leche materna.
6. Tetinas y equipamiento
Elige tetinas con el menor caudal posible. De este modo, la leche previa no sale demasiado rápido del biberón. Al igual que en el pecho, el/la bebé tiene que hacer un esfuerzo para obtener leche del biberón. De esta manera se puede evitar el destete involuntario porque el biberón es "más cómodo".
Si no estás segura de si tu bebé está creciendo bien y ganando peso, o si tienes dudas sobre la alimentación con leche materna y de fórmula, lo mejor es que consultes a un/a pediatra. Si hay matronas o asesores/as para ladres lactantes en tu zona, también pueden darte consejos y trucos para el día a día y compartir su experiencia con la alimentación con leche materna y de fórmula.