Por qué suele ser tan difícil decir "no".
La opinión generalizada es: Los/as niños/as necesitan reglas para poder orientarse. Esto les da un marco claramente definido dentro del cual pueden desarrollarse. Es importante prestar atención a la forma en que los padres y madres pueden comunicar clara y auténticamente sus necesidades pero sin herir a los/as demás.
Por supuesto, eso no es tan fácil, después de todo, no queremos ofender a nadie. Sin embargo, a menudo comienza el dilema: no formulamos claramente de qué se trata y qué queremos. Se buscan pretextos, se encuentran excusas y, en última instancia, se abdica de la responsabilidad (personal); en el caso de la educación de los/as hijos/as, no se puede trazar una línea clara en este sentido.
Esto inquieta a todos/as los/as implicados/as y, en última instancia, provoca más frustración que dar directamente una respuesta o afirmación honesta.
Asumir la responsabilidad y ser un modelo de conducta con palabras claras.
Este recorrido en zigzag provoca confusión, especialmente en los/as niños/as. Si una vez se cede a la regla, pero a la siguiente se aplica de forma sistemática, los/as pequeños/as no saben a qué atenerse y en qué pueden confiar.
Como padres y madres, naturalmente solo queremos lo mejor para nuestros tesoros. Y sobre todo en tiempos de consumo excesivo, la situación económica apenas nos obliga a decir que no (cuando se trata de un dulce, por ejemplo). Sin embargo, a veces te invade la mala conciencia, y no solo sufres tú, sino también los que te rodean.