El sueño, o más bien el no dormir, es uno de los mayores problemas de los padres y madres. No es de extrañar: si el/la niño/a duerme mal, el padre y la madre también carecen de un sueño reparador. Los problemas pueden ser de gran alcance, eventualmente la falta de sueño puede incluso llevar a la depresión. ¿En qué momento hablamos de un trastorno del sueño en bebés y niños/as pequeños/as? ¿Y qué se puede hacer al respecto?
Los/as recién nacidos/as suelen seguir durmiendo al mismo ritmo que en el vientre materno durante el primer mes después del nacimiento. Solo con el tiempo todo se ajusta al ciclo día-noche. Esto significa que los periodos de sueño son cortos al principio, alternando con periodos igualmente cortos de vigilia, y se reparten a lo largo del día.
El comportamiento del sueño de los/as bebés cambia mucho en los dos primeros años de vida y poco a poco se asientan en unas 12 horas de sueño al día. Sin embargo, también existen importantes diferencias individuales.
Muchos/as niños/as pequeños/as tienen problemas para dormir. Incluso a la edad de 3-4 años, pueden producirse problemas para conciliar el sueño. Además, los terrores nocturnos, las pesadillas y el hablar en sueños no dejan dormir a los/as pequeños/as y, según su gravedad, son un reto para toda la familia.
Sin embargo, solo se habla de trastornos del sueño cuando un determinado problema se manifiesta durante un periodo de tiempo más largo.
Aquí se hace una distinción en función de la fase afectada:
1. Trastorno para conciliar el sueño:
a. Regularmente, el/la niño/a
sólo puede dormirse con un gran esfuerzo,
por ejemplo, llevándolo durante mucho tiempo en brazos
b. El/la niño/a sigue
necesitando más de 40 minutos para dormirse a los 8 meses y más
2. Trastorno del sueño continuo:
a. El/la niño/a se despierta con frecuencia: a partir de los 8 meses más de 3 veces por noche.
b. A los 8 meses, el bebé está despierto por la noche durante más de 60 minutos y a los 12 meses durante más de 45 minutos.
c. Siempre necesita a sus progenitores para conciliar el sueño.
Cuando se habla del sueño y del entorno para dormir, hay que seguir siempre las recomendaciones para la prevención del síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).
Si te sientes abrumado por el problema del sueño, lo mejor es que consultes a un/a pediatra. Algunas ciudades también tienen sus propias clínicas ambulatorias del sueño que ofrecen ayuda a los padres agotados. Para los padres y madres con privación aguda de sueño, el siguiente mantra también es muy popular: "¡Es solo una fase!".
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Fuentes:
Remo H. Largo, Babyjahre: Entwicklung und Erziehung in den ersten 4 Jahren (Los años del bebé: desarrollo y educación en los primeros 4 años), editorial Piper Verlag GmbH, Múnich/Berlín, 2017, página 203