Las pezoneras pueden ser una solución brillante a muchos problemas de la lactancia materna. Sin embargo, muchas mamás aún no han oído hablar de ellas, y no saben cómo ni cuándo utilizarlas. Además, muchas de las mamás que han intentado utilizarlas, lo han hecho por recomendación de amigas o familiares, y no por sugerencia de la matrona o su asesora de lactancia materna.
Este secretismo existente alrededor de las pezoneras se debe principalmente (pero afortunadamente no siempre) a los profesionales de la salud, que suelen estar totalmente en contra de su uso, y no hablan sobre cómo o cuándo utilizarlas. Defienden que las pezoneras no deberían utilizarse debido a que:
A pesar de que puedo estar de acuerdo en que las pezoneras no son adecuadas para todo el mundo, este no es motivo para defender que nunca deben utilizarse. No creo que las mamás deban preocuparse de que pueda existir confusión ‘pezonera/pecho’ porque, según mi experiencia, esto rara vez sucede. En cualquier caso, es mejor intentar utilizar pezoneras que dejar de amamantar, que es lo que a menudo sucede cuando el amamantamiento resulta demasiado doloroso o complicado.
Debido a que, sin duda, las pezoneras no son adecuadas para todas las madres, cada mamá deberá probar y ver si a ella le funcionan. Las pezoneras funcionarán muy bien si la madre tiene mucha leche y sale fácil, pero si no tiene demasiada leche y/o subida de leche, puede que el/la bebé luche para conseguir suficiente leche con la pezonera.
Muchos de los problemas de la lactancia (ver abajo) pueden solucionarse utilizando pezoneras, pero hay que saber cómo utilizarlas y comprobar si el/la bebé puede alimentarse con la pezonera antes de creer que son la panacea a todos los problemas de la lactancia.
Si el/la bebé obtiene suficiente leche y las tomas no son demasiado largas, puedes seguir utilizándolas indefinidamente. Pero si las tomas son demasiado largas, el/la bebé no queda satisfecho/a porque no está sacando suficiente leche a través de la pezonera y/o si se advierte que se tiene menos leche, las pezoneras claramente no están funcionando y se debería dejar de utilizarlas.
Sarah vino a verme cuando su bebé, Joshua, tenía tres semanas. La lactancia materna le estaba resultando muy complicada porque el bebé tiraba de su pecho después de mamar un poquito y tenía que volver a engancharlo una y otra vez. Para mí era obvio que su leche fluía demasiado rápido y es por ello que Joshua no daba abasto y se asustaba, y por eso pegaba aquellos tirones. El problema pudo resolverse de manera sencilla con unas pezoneras. Tan pronto como se las puse, el bebé pudo mamar tranquilo y feliz, gracias a las pezoneras que redujeron el flujo de leche y le permitieron alimentarse a su propio ritmo. Sarah continuó utilizando las pezoneras durante meses porque Joshua se revolvía cuando intentaba alimentarle sin ellas.
A pesar de que Joshua se sentía feliz y cogía peso, la persona de confianza para la lactancia de Sarah le dijo que debía dejar de utilizar las pezoneras con su hijo de 4 meses porque le causaría confusión y reduciría la producción de leche.