Ahora que la vida de los bebés sea lo más cómoda posible, es importante conocer sus necesidades. Para toda persona al cuidado de los niños, esto suele convertirse en un juego de adivinanzas. Es preciso diferenciar las necesidades para poder satisfacerlas. Por eso es esencial ser capaz de distinguir claramente entre succión no nutritiva y succión nutritiva, ya que ambas cumplen funciones muy diferentes y, por ende, cubren dos necesidades distintas.
La succión no nutritiva tiene un efecto calmante en los bebés y niños pequeños. Ser capaz de calmarse a sí mismo es una característica que exige responsabilidad propia, por eso la succión no nutritiva puede explicarse como un recurso psicológico. Es una habilidad o capacidad para reducir influencias desagradables, tanto desde dentro como desde fuera. Sobre todo, porque la succión del pulgar se produce ya en la fase del desarrollo embrionario, en la que la nutrición se realiza a través del cordón umbilical. Por lo tanto, se supone que chuparse el pulgar en esta etapa no está relacionado con la ingestión de alimentos y evidentemente tiene que cumplir otra función.
También se observa en la naturaleza que hay mamíferos —como, por ejemplo, los monos— que se chupan igualmente el pulgar.
Si analizamos la succión no nutritiva más a fondo, queda claro que establece presión en la lengua y en el paladar. Esta presión es mayor a medida que aumenta la resistencia entre la lengua y el paladar, resistencia que puede ser el pulgar o un chupete. Además, la succión no nutritiva crea un movimiento rítmico. Esto conduce a una neuroestimulación de la lengua, ya que en la lengua se encuentran alrededor de 50.000 terminaciones nerviosas, que están conectadas directamente con el sistema nervioso central. (Doiges, 2015). Ciertos puntos de la lengua y del paladar son estimulados por la succión y los meridianos se activan de manera similar a la acupresión, permitiendo la autorregulación.
Por eso en las enseñanzas milenarias de la MTC (Medicina Tradicional China) se realiza un diagnóstico de la lengua, ya que los meridianos o vías de energía, y también las vías nerviosas, conectan la lengua y los órganos entre sí. Según la MTC, toda la persona está representada en la lengua, así como en la palma de la mano, las plantas de los pies y el pabellón de la oreja. La lengua está dividida en áreas (véase el gráfico) y es un espejo de lo que sucede en todo el cuerpo, por lo que en la lengua se puede reconocer la condición en que se encuentran los órganos importantes. También los meridianos del bazo y el riñón terminan en la raíz de la lengua (Kaptchuk, 2006, p. 105, p. 112).
Desde hace más de mil años se han ido extendiendo varias formas de kinesioterapia (qigong, taekwondo, shiatsu, tai chi, DO-IN, acupuntura, acupresión, terapia respiratoria o yoga), cada vez más populares en la sociedad occidental debido a los efectos positivos en el cuerpo y la mente. En todas las técnicas de movimientos orientales, la lengua se coloca en el paladar. Esto cierra el ciclo de energía y activa el flujo de Qi en los meridianos. Esta colocación tiene un efecto similar a la succión en un chupete.
En todas las técnicas de movimiento del Lejano Oriente mencionadas anteriormente, la lengua se coloca en el paladar. Esto cierra el ciclo de energía y estimula el flujo de Qi a través de los meridianos. Poner la lengua en esta posición tiene un efecto similar a chupar un chupete.
Mediante el ejercicio de "la lengua en el paladar", se puede lograr una relajación general, así como un aumento de la concentración y el rendimiento. Además de mejoras la salud física, por ejemplo, del tracto respiratorio, también reduce la sensación el dolor. En términos simples, la presión sobre el velo del paladar y la punta de la lengua estimula el nervio vago, desencadenando un reflejo de relajación, haciendo que el cuerpo y la mente descansen para que pueda comenzar la regeneración. Por eso se plantea la hipótesis de que puede tratarse de una especie de función de conmutación para activar la autorregulación y la regeneración, y para la restauración del equilibrio o la reorganización del cuerpo. Esto muestra una clara semejanza con la succión no nutritiva. De esto podemos deducir el efecto de la succión, porque a través de la estimulación de la lengua y el paladar mediante la succión, se genera la misma activación de las áreas del cerebro sobre la conexión del nervio vago. Es lógico y comprensible que este sea un recurso originado en la etapa prenatal y la tierna infancia, y que todas las técnicas de movimientos orientales han sido capaces de utilizar desde hace miles de años.
DOIDGE Doiges (2015): Wie das Gehirn Heilt. Neueste Erkenntnisse aus der Neurowissenschaft. (How the brain heals. The latest findings from neuroscience.) Frankfurt/New York: Campus Verlag. (p. 215, 286 and 291).
KAPTCHUK Ted J. (2008): Das große Buch der Chinesischen Medizin. (The big book of Chinese Medicine) Frankfurt am Main: Fischer Verlag.
MACIKOCCIA Giovanni (1994): The Foundations of Chinese Medicine. A Comprehensive Text for Acupuncturists and Herbalists. Kötzting/Bayer: Publisher for TCM, Dr. Erich Wühr, Wald.
MICHIO Kushi (1994): DO-IN. Exercise for Physical and Spiritual Development. Münster: Verlag Mahajiva, (the original version was published in Japan in 1979).
TRÖKES, Anna, STEINER Ronald (2012): Yoga für Fortgeschrittene. (Advanced Yoga). Munich: Gräfe und Unszer Verlag.
VOTSMEIER-Röhr, A. (2004): Selbstregulierung in der Gestalttherapie. (Self-regulation in gestalt therapy). Geisler, P. (Pub.): Gießen: Psychosozial-Verlag
VOTSMEIER-Röhr, A. (2011): Gestalttherapie und Neurowissenschaft. (Gestalt Therapy and Neuroscience). Göttingen: Reinhardt Ernst.