El síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) supone un acontecimiento particularmente dramático para las familias afectadas. Un bebé, que hasta entonces parece estar sano, muere repentinamente y sin ningún signo previo. El mayor riesgo lo tienen los lactantes en el 2º-4º mes de vida y generalmente el SMSL se produce durante el sueño. Los estudios de las últimas décadas han identificado la posición boca abajo, el exceso de calor y la nicotina como factores de riesgo, pero el mecanismo final que conduce a la muerte no se ha aclarado aún de manera definitiva. Muchos científicos suponen que el "sistema nervioso autónomo" involuntario (el que controla las funciones de los órganos) desempeña un papel decisivo y, en última instancia, se produce la muerte por insuficiencia circulatoria.
Varios artículos científicos en los últimos años han demostrado que el uso del chupete puede reducir el riesgo de SMSL. Sin embargo, el mecanismo de acción no ha podido (todavía) ser aclarado. Las posibles explicaciones mencionan, entre otras cosas, una mejor apertura de las vías respiratorias, una mejor limpieza de los patógenos bucofaringeos y una mayor reactividad en situaciones amenazantes; pero no hay evidencia científica para nada de ello. Por lo tanto, la investigación internacional sigue ocupándose de la cuestión de cómo reducen el chupete el riesgo de SMSL.
Un nuevo estudio publicado en la respetada revista científica Sleep Medicine ha investigado ahora la relación entre el uso del chupete y la regulación de la circulación. Para este propósito, se sometió a bebés que usan y no usan chupete tres veces a un examen de laboratorio de sueño en los primeros seis meses de vida (a la edad de 2-3 semanas, 2-3 meses y 5-6 meses). Con el fin de identificar posibles diferencias en la posición del cuerpo, se examinó a los bebés tanto en la posición supina como en la posición prona. Además de otros numerosos parámetros, como las ondas cerebrales (EEG), la respiración y la oxigenación, se registraron de manera continua varios parámetros circulatorios (incluidos la frecuencia cardíaca y la presión arterial). Posteriormente, se compararon estadísticamente los resultados de los dos grupos (los que usan chupete y los que no).
El resultado mostró que, en los usuarios de chupete, a la edad de 2-3 semanas y 5-6 meses la presión arterial en posición prona era mayor que en los que no usaban chupete durante esa misma etapa. Además, a la edad de 2-4 semanas aumentó la variabilidad de la frecuencia cardíaca (= mayor espectro de la frecuencia del pulso). La succión del chupete también dio lugar a una mayor variabilidad de la frecuencia cardíaca y al mismo tiempo de la presión arterial, considerados ambos casos como una mayor "actividad simpática".
Por primera vez, este estudio ha demostrado que el uso del chupete tiene un efecto de "funciones autónomas". El aumento de la actividad simpática puede verse como una buena disposición para hacer frente a situaciones amenazadoras, en el sentido de una reacción de "lucha y huida". Por supuesto, si bien este estudio aún no es suficiente para explicar el mecanismo de acción del chupete, podría ser un incentivo para futuras investigaciones en esta dirección.
El riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) puede reducirse significativamente si los bebés pasan los primeros meses en posición supina para dormir, toman el pecho, no se calientan demasiado y están protegidos de la exposición a la nicotina. Además, se demostró un efecto protector del chupete en varios estudios, por lo que varias sociedades profesionales (incluida la Academia Americana de Pediatría) lo han incluido en sus recomendaciones.