Los pediatras y otros profesionales de la medicina están de acuerdo en afirmar que la lactancia es lo mejor para los bebés. No obstante, también defienden que hay alternativas seguras para garantizar una alimentación óptima cuando no es posible dar el pecho. Como complemento a la leche materna o en casos en los que la lactancia está contraindicada, los alimentos para lactantes ofrecen muchas ventajas. Las estrictas leyes que regulan la producción de alimentos para lactantes determinan los macronutrientes —como las fuentes de proteínas y el contenido y composición de los carbohidratos—, así como los micronutrientes y los aditivos.
En el mercado existe una variedad de alimentos para lactantes para satisfacer todas las necesidades. Los preparados para lactantes, desarrollados especialmente para bebés de hasta 4 meses, al igual que la leche materna pueden suministrarse en la cantidad y frecuencia deseadas. Se recomienda además que los lactantes tomen estos preparados durante el primer año de vida, antes de pasar a los preparados de continuación. Por otra parte, también existen dietas hipoalergénicas para casos en los que hay antecedentes alérgicos en la familia o un riesgo elevado de padecer alergias. Estos alimentos deben suministrarse hasta comenzar con los suplementos nutricionales el 5.º o 6.º mes. La mayoría de los alimentos para lactantes disponibles actualmente en el mercado contienen ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga (LC-PUFA). La adición de LC-PUFAs, como el DHA, tiene un efecto positivo en la maduración de la vista del niño y también hay indicios de que podría tener más ventajas para el desarrollo del niño.
En los últimos años, han llegado al mercado cada vez más de los llamados "alimentos especiales", que están destinados a diferentes aplicaciones médicas. No obstante, es importante recalcar que hasta el momento son pocos los estudios realizados para determinar la eficacia en los casos indicados. Solo deben utilizarse con la indicación estricta de un médico.
En general, los alimentos para lactantes deben prepararse con agua potable fresca. En caso de que el agua muestre un alto contenido en nitratos o plomo, debe utilizarse agua (mineral) embotellada adecuada para lactantes. En zonas con calidad de agua por debajo de la media o cuestionable, se deben tomar precauciones especiales.
Cuando el bebé se alimente tanto con leche materna extraída como con alimentos para lactantes, es importante prestar atención a los biberones y los accesorios correctos. Se ha demostrado que los biberones para bebés que minimizan el riesgo de tragar aire, reducen los síntomas de cólicos y aumentan la saturación de oxígeno (SPO2). Cuando la SPO2 es suficiente, los bebés controlan mejor su comportamiento y coordinan la succión y la respiración al beber. Además, es importante que el diseño de la tetina sea lo más similar posible al pezón de la madre en cuanto a forma y textura, de modo que el bebé sea capaz de usar correctamente su musculatura de succión.
Durante la alimentación con biberón, los padres deben procurar imitar lo mejor posible la técnica de la lactancia: Cercanía corporal, contacto visual y alimentación alternativamente por el lado izquierdo y el derecho.
Sea al dar el pecho o alimentos para lactantes, en cualquier caso, es fundamental mantener una higiene adecuada. Los biberones, tetinas, recipientes para leche materna, sacaleches, etc. deben poder limpiarse perfectamente con facilidad. Si la leche materna permanece congelada durante mucho tiempo, los envases de almacenamiento deben etiquetarse con su fecha para usar antes las tomas más antiguas.
Al final llega el momento en que los padres pueden empezar a dar a sus hijos alimentos complementarios. normalmente entre el 5.º y el 6.º mes de vida del bebé. El paso de la lactancia o el biberón hasta que los niños empiezan a comer por sí solos es importante para el desarrollo infantil. La nutrición y los hábitos alimenticios pueden aprenderse, y adquirirse nuevas habilidades sociales. Cocinar en casa permite variar y combinar diferentes sabores y los padres y madres también pueden controlar mejor la cantidad de ingredientes no deseados, como el azúcar o la sal. Sin embargo, la comida preparada para bebés ofrece una alternativa segura y práctica para los padres muy atareados.
Con los años hemos aprendido mucho sobre la alimentación de lactantes. Hemos avanzado mucho en cuestiones como la seguridad, la calidad y la conciliación con el desarrollo del niño desde el punto de vista de los alimentos para bebés. A pesar de que todavía nos quedan conocimientos por ampliar en este ámbito, es necesario seguir investigando para determinar los ingredientes, la composición y los efectos de la leche materna. En la medida en la que sepamos más sobre la leche materna, evolucionarán los alimentos para lactantes.