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Comer y beber durante la noche: efectos en la salud del niño

Mia Bramsgård


¿Cuánto sueño necesitan los niños?

Los estudios observacionales sobre los patrones de sueño normales en una gran población de niños de varios países muestran las siguientes duraciones del sueño de los niños en promedio1:

  • 0–12 meses: 12,8 horas
  • 1–6 años: 11,9 horas
  • 6-12 años: 9,2 horas

No obstante, la duración del sueño varía en función del lugar: los niños asiáticos en todos los grupos de edad duermen diariamente de media entre 60 y 120 minutos menos que los niños europeos y entre 40 y 60 minutos menos que los niños estadounidenses2. La retrospectiva histórica permite pensar que se ha acortado la duración del sueño de los niños. La descripción general de los años 1897 a 2009 muestra que la duración del sueño diario de los niños, se ha acortado aproximadamente una hora en la mayoría de los países que se han analizado3

Las causas de la reducción del sueño van desde la inseguridad de los padres en el trato con sus hijos, a la incertidumbre en los propios roles de los padres. Se produce una hiperestimulación, una atención excesiva que provoca que se ofrezcan alimentos al niño en situaciones en las que debería ser tratado de forma más pausada fomentando la confianza. De este modo se genera un círculo vicioso que asocia la vigilia con la alimentación nocturna múltiple4

¿Cómo repercuten las comidas nocturnas sobre la salud del niño?

Las cenas abundantes implican un mayor riesgo de caries. La caries se produce cuando las bacterias en la boca se van fermentando para convertirse en hidratos de carbono formando ácido. Este ácido ataca el esmalte lo que conduce a una liberación de minerales5,6. La desmineralización del esmalte se puede compensar con un proceso de curación: la remineralización. Esto se realiza, entre otras cosas, mediante el uso de las propiedades amortiguadoras de la saliva y se mejora y acelera mediante el uso adicional de fluoruro (en bebés y niños pequeños en forma de pasta dental fluorada para niños o la administración de tabletas de fluoruro). Las bacterias que se van depositando en relación con una infestación de caries incipiente, están presentes, por ejemplo, en la superficie de los dientes por lo que, un elevado aporte de azúcar favorece su establecimiento5. Las bacterias se transmiten de persona a persona, esto sucede por ejemplo, cuando los padres se meten el chupete o la cuchara primero en su propia boca antes de dárselo al niño.

Otro gran factor de riesgo son las bebidas azucaradas que se dan por la noche con el biberón. Estudios científicos de Suecia han demostrado que los lactantes y niños pequeños que a la edad de uno o dos años habían recibido bebidas endulzadas durante la noche, presentaban caries a la edad de tres años. Además, todos los niños pequeños que tenían caries con un año, habían recibido por la noche zumo o sopa de fruta7. La alimentación nocturna con biberón con sustitutos de la leche materna en vez de lactancia nocturna, también aumenta el riesgo de padecer caries8, 9. El calcio y el fósforo de la leche materna se aportan directamente al esmalte dental lo que ayuda a su remineralización. En los lactantes de hasta un año de edad no existe relación entre la lactancia materna y un mayor riesgo de padecer caries, pero la lactancia parece proteger contra la caries. A partir de un año, la protección disminuye gradualmente10, 11. Sin embargo, los niños que reciben el pecho con frecuencia y durante un período prolongado, tienen un mayor riesgo de padecer caries, especialmente si no se cepillan los dientes12.

Además de las caries, al despertarse con más frecuencia por la noche existen más riesgos; el sueño es importante para un desarrollo saludable del niño. La falta de sueño y otros trastornos se relacionan con diferentes problemas de salud de niños. La falta de sueño es un factor que contribuye a la obesidad de los niños. Donde más claro se presenta esta relación, es en el grupo de edad de entre uno y seis años, en el que la falta de sueño también establece una predisposición a la obesidad prolongada13. Se recomienda que los lactantes duerman "toda la noche" a partir de los nueve meses. No obstante, esto no significa que los niños tengan que dormir ininterrumpidamente diez o doce horas sino que duermen cinco horas sin despertarse para tomar comida, por ejemplo, desde medianoche hasta las cinco de la mañana14

¿Cómo prevenir los problemas de sueño en los niños?

En primer lugar, se trata de transmitir a los padres que los ciclos de sueño de los niños pequeños son considerablemente más cortos que los de los adultos. Por tanto, despertarse por la noche, por muy agotador que pueda resultar, es algo completamente natural para los niños, debido a la profundidad variable del sueño. Para facilitar la vida familiar, los padres pueden tratar de enseñar a los niños por lo menos a volver a irse dormir solos cuando se despiertan. Para que los niños se duerman de nuevo, deben aprender a quedarse dormidos solos por la noche. A partir de los cuatro meses puede incorporarse una rutina nocturna repetitiva y tranquilizadora en la que los padres van reduciendo poco a poco la ayuda que ofrecen a la hora de dormirse (6). La rutina de sueño ayuda al niño a reconocer la situación y comprender lo que viene a continuación. Un orden regular de comidas durante el día también ayuda al niño a sentir hambre más o menos a la misma hora lo que también reduce el riesgo de levantarse por la noche para comer. Para que pueda haber más comidas durante el día, la distancia entre ellas no debe ser demasiada ya que la sensación de hambre del niño puede disminuir. Sin embargo, los intervalos no deben ser tan cortos para que el niño nunca sienta una sensación de hambre. Otro consejo importante para los padres es hacer que tanto las horas de comida como las horas de sueño sean experiencias tranquilizadoras y agradables para el niño, así como también introducir la limpieza de los dientes con un dentífrico infantil desde el primer diente.

Mia Bramsgård

enfermera pediátrica

Mia Bramsgård es una enfermera pediátrica especializada en educación sanitaria para las familias, lactancia materna e interacciones entre padres e hijos. Ella ha llevado a cabo investigaciones científicas sobre obesidad de niños. También forma periódicamente a matronas y otras enfermeras pediátricas para fomentar los hábitos sanos en las familias.  

1Galland, B. C., Taylor, B. J., Elder, D.E., & Herbison, P. (2012). Normal sleep patterns in infants and children: a systematic review of observational studies. Sleep Med Rev, 16, pp.213–222.
2Olds, T., Blunden, S., Petkov, J., & Forchino, F. (2010). The relationships between sex, age, geography and time in bed in adolescents: a meta-analysis of data from 23 countries. Sleep Med Rev, 14, pp.371–8. 
3Matricciani, L., Olds, T., & Petkov, J. (2012). In search of lost sleep: secular trends in the sleep time of school-aged children and adolescents. Sleep Med Rev, 16, pp.203–211. 
4Hägglöf, B. (2015) Sleep problems in children – historical and contemporary aspects [Sömnproblem hos barn – historiska och nutida aspekter]. Uppsala: Swedish National Food Administration. 
5Kylberg, E., Westlund, A. M., & Zwedberg S. (2014). Breastfeeding today [Amning i dag]. Gothia: Stockholm. 
6Magnusson, M., Blennow, M., Hagelin, E., & Sundelin C. (2016). Paediatric healthcare today [Barnhälsovård idag]. Liber: Stockholm. 
7Wendt, L. K. (1995). On oral health in infants and toddlers. (Thesis, University of Gothenburg, 1995). 
8Mohebbi, S. Z., Virtanen, J. I., Vahid-Golpayegani, M., & Vehkalahti, M. M. (2008). Feeding habits as determinants of early childhood caries in population where prolonged breastfeeding is the norm. Community Dent Oral Epidemiol, 36(4), pp.363-369. 
9Peres, R. C. R., Coppi, L. C., Volpato, M. C., Groppo, F. C., Cury, J. A., Rosalen, P. L. (2008). Cariogenic potential of cows', human and infant formula milks and effect of fluoride supplementation. British Journal of Nutrition, Vol.101(3), pp.376-382 
10Dye, B. A., Shenkin, J. D., Ogden, C. L., Marshall, T. A., Levy, S. M., & Kanellis, M. J. (2004). The relationship between healthful eating practices and dental caries in children aged 2-5 years in the United States, 1988-1994. J Am Dent Assoc, 135(1), pp.55-66. 
11Ribero, N. M., & Ribero, M.A. (2004). Breastfeeding and early childhood caries: a critical review. J Pediatr (Rio), 80 (5 Suppl), pp.199-210.
12White, W. (2008). Breastfeeding and the risk of early childhood caries. Evid Based Dent, 9, pp.86-88. 
13Taheri, S. (2006). The link between short sleep duration and obesity: We should recommend more sleep to prevent obesity. Archives of Disease in Childhood, 91.(11), pp.881-884. 
14Smedje, H. (2015). Classification of sleep disorders in children [Klassifikation av sömnstörningar hos barn]. Uppsala: Swedish National Food Administration.