Te encuentras en el primer trimestre, en la novena semana de embarazo y, por tanto, en el comienzo del tercer mes. A continuación te contamos cómo se desarrolla el bebé, por qué ya no hay un embrión y qué efectos puede tener el embarazo en tu cuerpo.
Poco a poco, el pequeñito se va enderezando, hace volteretas y se aprecian los primeros detalles: aparecen los dedos de las manos y los pies. Se han desarrollado todos los órganos, motivo por el cual ya no se trata de un embrión, sino de un feto.
El bebé es ahora casi tan grande como una cereza.
Los órganos, además de estar completamente formados, incluso funcionan parcialmente: empieza a formarse la sangre en el hígado, el corazón late con energía y los riñones maduran.
También sucede lo siguiente en el feto:
El feto mide aproximadamente 16-24 mm y pesa unos 7 gramos.
¿Cómo estás en la novena semana de embarazo?
Las náuseas siguen estando presentes en muchas mujeres embarazadas. A menudo, permanecen hasta la semana 12, aproximadamente. Los sentidos del olfato y del gusto también son más sensibles que antes. Eso no solo influye en la mencionada propensión a las náuseas, sino también en los hábitos alimenticios. Es posible que tu comida favorita deje de gustarte de repente.
El nivel de la hormona del embarazo GCH está en su punto más alto y eso puede conllevar algunas molestias relacionadas con el embarazo, como cansancio y náuseas matutinas incluso más acentuadas.
El útero ahora tiene el tamaño aproximado de una naranja. No necesita mucho más espacio, aunque es posible que la ropa te quede prieta a la altura del vientre. En muchas mujeres, eso se debe a las flatulencias hormonales. Los altos niveles de progesterona relajan la musculatura lisa, lo cual también afecta al tracto digestivo y a las paredes vasculares. Además de estreñimiento, la mujer puede padecer acidez de estómago y pueden aparecer varices.
Es muy habitual padecer acidez de estómago en el embarazo. En muchas mujeres embarazadas, aparece sobre todo en una fase más avanzada debido a la presión del estómago. Un indicio de la acidez puede ser tener dolores de garganta por la mañana. Para aliviarlos, puedes probar a acostarse con el torso un poco incorporado. Asimismo, hacer comidas pequeñas y dejar de comer varias horas antes de irse a la cama puede aliviar los síntomas.
Los cambios en el aparato circulatorio para suministrarle oxígeno al bebé de una mejor forma pueden causarte más dificultades al respirar. La respiración de las mujeres embarazadas aumenta hasta en un 40 %. No es raro que te quedes sin respiración si andas a paso rápido.
Si acudes a una cita para hacerte un ultrasonido, por lo general, este se hará con un transductor a través de la vagina, y no por encima de la pared abdominal. Si tienes suerte, podrás observar cómo el bebé hace volteretas y nada en el saco amniótico.
Las opciones de revisiones médicas varían en función del seguro. Consulta con tu ginecólogo(a) cuándo tienes derecho a ese servicio y qué otras revisiones voluntarias son posibles.
En ocasiones, el tema de diagnóstico prenatal es complicado. Mientras tanto, hay muchas posibilidades para poder determinar antes del parto si el bebé tiene algún defecto genético o malformación.
Estas son las posibilidades de diagnóstico prenatal:
La mayoría de estas pruebas se pueden realizar a partir de la semana 11 o 12 de embarazo. No obstante, no son necesarias ni obligatorias. Además, como la biopsia de vellosidades coriales es un método invasivo, implica riesgos como el aborto. Sin embargo, en esta fase merece la pena considerar si te quieres hacer una de estas prueba y cómo te enfrentarías al resultado.
Fuente:
https://www.medizin-transparent.at/bluttest-down-syndrom/
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